Hoy una amiga me contó un cotilleo. Resultó que una amiga suya se había acostado con su novio y que ella, en su llanto, se había abrazado a su mejor amigo, y la chica que se había acostado con su novio le dijo que era una fresca por ir abrazando a diestro y siniestro.
Os preguntareis que porqué me ha dado por escribir esto. Bien, quería que me sirviera de introducción. Todos hemos tenido algún amigo traidor, mentiroso, cobarde... ya sabeis a qué me refiero, no hay nadie que pueda librarse siempre de estos especímenes que se hacen llamar humanos.
Solía pensar que en el fondo, aunque un amigo te haga daño en algún momento, lo hace por tu bien, por algo es tu amigo, no te haría daño deliberadamente....cuán equivocada estaba.
La experiencia me ha hecho ver que hay todo tipo de personas en el planeta, y que lamentablemente, en este mundo donde todo lo material se puede conseguir, es la codicia lo que nos mueve.
Mucha gente camina libre queriendo lo que los demás tienen. Envidia, pecado capital.
Mucha gente no se para a pensar en qué o a quién se llevan por delante con tal de conseguir aquello que anhelan, aunque luego realmente no lo quieran para nada porque es simplemente la avaricia lo que los mueve.
El problema aparece cuando lo que quieren es a alguien y no les importa nada más.
Las personas no se pueden poseer. "Ella me lo ha robado" decía mi amiga. No. No te lo robó, porque no era tuyo. Lo llamabas "tu" novio, pero es una persona, no un perro, no puede ser tuyo.
Queda bonito decir eso de "mio para siempre" y tal, pero es simplemente una expresión.
Las personas no se roban. Se manipulan para hacerlas creer cosas que a lo mejor no son, o simplemente se intenta atraerlas y que con ello dejen atrás lo demás. Pero no se roban.
Él decidió acostarse con ella. Ella seguramente provocó que llegaran a esa situación jugando las cartas a su favor. Tuvo envidia de lo que su amiga tenía y lo quiso para ella.
Pero cometió un error. No paró a pensar cómo podría sentirse su amiga, que tan feliz estaba, cuando jugara esas cartas.
La movió la avaricia y con ello ha perdido a su amiga. Pensareis que habrá perdido a su amiga pero ha ganado a alguien a quien querer. Sí, es cierto, pero ¿Cuánto durará ese querer? Quizá él se sienta obligado a estar con ella y al final se rompa, perdiendo así a la amiga y a su querer. O quizá ella, habiendo conseguido lo que quería pierda el interés y ya no lo quiera.
Cualquiera de las dos me vale. Acaban igual.
Cuando la avaricia te mueve, pierdes aunque parezca que ganes. Esas dos chicas podrían haber seguido siendo amigas si la una no hubiera querido lo que la otra tenía.
No quiero decir con esto que no puedas querer lo que tienen tus amigos, no me malinterpreteis. Simplemente digo que son las buenas y malas decisiones las que te llevan a equivocarte o acertar. Si a la chica le gustaba el chico de su amiga, debería haber esperado a que lo de ellos dos saliera mal por su propio peso, y no forzar la situación. De esta manera ella hubiera podido acostarse con él sin traicionar a su amiga.
Pero claro, el corazón es el corazón. Es dificil seguirlo, sí, pero a veces también se equivoca. Hay que pensar antes de actuar.
Por tanto, sigue al corazón, piensa con quién te juntas no te vayan a engañar, y no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a tí.
jueves, 20 de mayo de 2010
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1 comentarios:
Buena entrada y buen razonamiento, pero he de añadir que a veces la experiencia es la única que puede hacer ver lo que ocurre realmente por desgracia.
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