Hoy hace un mes y un día que no estás con nosotros.
Sabíamos que podía salir mal, que las cosas iban a cambiar en el momento en que entraste, diciendo adiós con la mano, convencido de volver, aunque fuera a medias.
Aquel último wopper no te supo tan bien como querías, porque olvidaron de quitarle el pepinillo.
-¿Tienes miedo? Pregunté.
-No. ¿Tú?
-¿Seguro? ¿Ni un poquito?
-Seguro. Sois vosotros los que lo tenéis, confío en el doctor. Esta vez irá bien.
Dos días más tarde, todo cambió.
Nació esa pequeña vocecita que no para de decir que corra sin mirar atrás.
Sabes que no volverá.
Corre.
No habrá más risas viendo Los Simpson.
Huye.
No habrá más partidas absurdas al street fighter II, ni al Streets of Rage, ni a ningún videojuego.
Vete.
No habrá más llamadas a última hora de la tarde para que te consuele porque has discutido con mamá.
Corre.
No habrá más consejos sobre nada. Ahora caminas sola.
Sola.
Huye.
Él se ha ido, ahora sólo es un espejismo, y por mucho que lo intentes, en el fondo, sabes que no dara resultado. No va a volver.
Es una decision cobarde, pero deseas tomarla y lo sabes.
Corre y no mires atrás.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario