Entonces no sé qué más decirte.
Escucho lo que sientes y me veo reflejada en ello, recuerdo cada una de esas espinas que la impotencia me clavó como si aún las tuviera ahí dentro a pesar de que no es así.
He sentido cada una de las cosas por las que estás pasando.
Intentas hacerte la fuerte, intentas hacer ver que las cosas van mejor de lo que van pero ambas sabemos que no es tan fácil.
No es fácil ver cómo ya no sientes nada cuando se te acerca.
No es fácil pensar que no es él quien quieres que te bese.
No es fácil hacerse a la idea de que la única manera es romperlo en pedacitos.
No es fácil aceptar que lo rechazas de todas las maneras posibles, que tu corazón se acelera más cuando piensa en volar libre que en compartir tu vuelo con él.
No es fácil sentir cosas que no quieres sentir... y de las que no te puedes librar.
Y la única solución es cortar cadenas, aunque sean cadenas que no quieres perder.
Puede que yo sea un poco ingenua, quizá simplemente sea que necesitas un poco más de esas mieles que te aturden. Quizá sea pura superficialidad.
Pero no quiero pensar eso.
Prefiero pensar que el destino te esta poniendo una prueba complicada. Prefiero pensar que Cupido apuntó mal, que bajo lo puramente carnal hay algo más profundo y que él está atado de peor forma que un loco y no puede desatarse por ser un cobarde.
Prefiero verlo así. Porque así, al menos, es bonito.
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2 comentarios:
No lo lei en su día, pero igualmente lo necesito hoy. Me ha dado por mirar tu blog, recordando que una vez me dedicaste una entrada cuando estaba muy muy perdida; algo similar a como sigo. No necesito decirte como me siento en distintas situaciones, pero te confieso que estoy perdiendo ligeramente la esperanza por cierta persona. Aunque la eufória se apodere de mí durante un rato y vuelva a ser yo misma y aunque supuestamente las cosas sean más sencillas en estos momentos tengo miedo y he aprendido a ser desconfiada. Supongo que el tiempo dirá; estoy cansada del tiempo.
Gracias
Misato
Lamentablemente todos, por una u otra razón acabamos siendo desconfiados y eso hace que a su vez creemos nuevas personas desconfiadas. Así de mal está el planeta.
Respecto a la esperanza, dicen que es lo último que se pierde, así que quizá termines de perderla y termine todo... o quizá no. El tiempo lo dirá, aunque estés cansada es el que tiene la última palabra.
Cuenta conmigo, ya lo sabes.
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