El cielo rojo de julio, el lago, el verde del prado, y tu peso sobre mi cuerpo.
Un suspiro, una caricia, un escalofrío y calor.
Tus labios rozándome suavemente, nuestros ojos clavados por primera vez, mejillas encendidas y el canto de los pájaros de fondo.
El sol resbalando en tu pecho, una noche en vela, un tejado, el despuntar del alba y el reloj caprichoso.
Eléctrico tacto, aterciopelada sensación.
La vista de la ciudad desde las alturas, un beso en el aire y tus nervios a flor de piel.
El mundo en una cama hecha de nubes, la tranquilidad, tú y yo, un suspiro y chocolate.
Un hombro en que apoyarte, un abrazo, la primera hoja del otoño y el primer beso en el frío de la mañana rutinaria. Un poco más de tu mundo y una noche preciosa.
El miedo irracional a la caída al darnos cuenta de que hemos subido demasiado alto, una comilona romántica y cada uno de los minutos que te levantas antes cada mañana. Una locura, un baño y una noche en la ciudad.
La falta de palabras para tal inmensidad y un rosal más que repleto de flores.
Un beso bajo el diluvio, un abrazo para calmar los miedos y unas cuantas lagrimas de cocodrilo.
Una razón para quererte sin razón, la luna para perdernos en ella, todo el calor del sol en una caricia.
Un año nuevo lleno de esperanza, unas navidades con color, tú bajo unos pequeños copitos de nieve y mi aliento calentándote en la fría noche.
Más de una decena de pisos, una habitación anaranjada, vapor, azulejos y comodidad.
Palmeritas caseras, noche de cariño, plumas por doquier.
Un cumpleaños especial, un fin de semana en un segundo, un sabado en la cama toda la mañana, tu presencia llenando el ambiente. Risas.
Despertar con un abrazo, tu espalda desnuda, comienzan los recuerdos, besos interminables.
La primavera, el calor renovado, las rabietas sin sentido.
Un paseo, los helados...
Un año. 365 días. 8760 horas desde aquel primer mordisco.
Muchos minutos contigo. Y los que quedan.
Porque no quiero que dejes de subir conmigo, quiero quererte, cuidarte, hacerte todo lo feliz que puedas ser y serlo yo contigo.
Porque tú eres todo aquello que buscaba sin cesar.
Representas para mí el aire, la libertad, los sueños, el amor.
Eres mi mundo.
Mi amor por tí creció sin que yo pudiera evitarlo, y si me hubieran dado la oportunidad de destruir lo que siento, mi respuesta hubiera sido no.
Porque contigo me siento completa, me siento feliz, sé que te quiero más que a nada y eso es lo único que importa.
Y no borraría un sólo minuto de este cuento de hadas.
Sigamos escribiendo más años fugaces como éste, más noches locas, más besos... más de nosotros.
Felices 12.
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1 comentarios:
Espero que sigamos creando más y más bonitos recuerdos como todo estos minutos felices que pasamos juntos en los que me haces la persona más afortunada de la tierra. Eres mi mundo y quiero seguir escribiendo más y más capitulos en nuestro cuento de hadas.
Te amo con locura!^^
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