En mi camino encontré muchos jardineros. Me han querido, me han odiado y hasta me han quemado, pero siempre he renacido y vuelto a florecer donde menos te lo esperas.
Ahora que por fin reconoces mi presencia en tu mundo, es hora de leer las hojas de instrucciones.
Puedo darte las mayores alegrías pero también las mayores penas.
Tengo un tallo fuerte a prueba de golpes, pero como tallo no soy nada. Necesito florecer y eso sólo puedes conseguirlo tú.
¿Y cómo conseguirlo? Muy fácil, presta atención. Sólo necesito que me nutras, me des calor y me mimes, pero sin quitarme el aire porque sin aire no puedo vivir. No me ahogues.
Cuidame y yo floreceré. Nútreme, dame agua de vida que me dé fuerza para sacar lo mejor de mí y darte las mas bellas flores que puedo ofrecer. Dejaré que las cortes y te las lleves sin clavarte mis espinas. No te preocupes, sé que tienes buen corazón y que no me harás daño. Dame la confianza necesaria para saber que no despreciarás esas flores que tanta energía gastan.
Sin embargo, sé que piensas que entre mis hojas hay abejas que esperan saltar y picarte. No tengas miedo, tienes el antídoto perfecto, sólo tienes que usarlo y ellas no te harán nada, puedo asegurarlo.
- No quería perderte... al menos no tan pronto.
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