Levanto la cabeza y la llanura se extiende hasta donde alcanza la vista, cubierta del manto verde que proporciona el suave césped.
Te encuentras tumbado a mi lado, plácidamente dormido, y quiero por un momento ser el aliento que sale de tus labios cada vez que respiras.
Sin embargo, sé que no puede ser, que tendré que reprimir ese impulso una vez más, así que me conformo con estar lo más cerca posible de tí mientras permito que mis mechones de pelo, afortunados, te hagan cosquillas en el cuello...
Y poco a poco me como por dentro...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario